Ni
la mayor tempestad detiene una verdad cuando la razón acompaña y motiva. La unidad,
solidaridad y compromiso de los
colombinos se hizo evidente.
Este
primero de mayo un mar de sombrillas acompaño al pueblo que colmo la céntrica calle
Mario Muñoz Monroy, la lluvia fue testigo de la firmeza de estas cubanas y
cubanos que marchan para exigir el fin
del criminal y genocida bloqueo yanqui contra el país.
Las
banderas de la dignidad, consignas y carteles fueron el sol de esta mañana, histórica
ya para quienes vivimos en esta parte de la isla, porque el día internacional de los
trabajadores confirmo la capacidad de luchar por nuestros sueños de justicia
para Cuba y el mundo.
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